El que no es contra nosotros, por nosotros es

Marcos 9:38-41

 38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.

39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí.

40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

Las personas con el paso de los siglos tristemente hemos perdido la razón de ser del Evangelio y muchas iglesias han dejado de ser Cristo-céntricas por lo que caímos en dogmas, doctrinas y en muchísimas religiones, siendo todo esto propias creaciones del ser humano.

Todo comienza con la actitud del corazón de las personas, si pensamos por qué existen tantas denominaciones de iglesias y tantas religiones que se supone adoran al mismo Dios, es simplemente porque las personas siempre buscamos adaptar todo a nuestro parecer o a nuestra conveniencia incluso a veces quieren acomodar a Dios mismo a como mejor les parezca.
Juan tal vez no se percató siquiera pero en su corazón en ese instante hubo cierto orgullo, se dejó llevar por su ego y su idealismo, ya que le prohibió a la persona el echar fuera demonios y hacer otros milagros en nombre de Cristo simplemente por no estar junto a ellos, esto claramente es una gran amonestación por parte del discípulo, imaginemos la motivación de esta persona a la cual un mismo apóstol de Cristo le prohibió expandir el evangelio, tal vez podemos pensar que fue una actitud muy humana la de Juan, regañarlo porque no sigue los lineamientos como se supone deben ser, pero, de igual forma esta persona quiso trabajar para Jesús, pero es que nuestros corazones se llena de tantas cosas, que debemos tener mucho cuidado con lo que decimos y hacia dónde nos dirigimos.
Jesús claramente corrigió enseguida la actitud y la acción de Juan, porque obviamente esta persona era un fiel seguidor de Cristo, lleno de su unción, tanta que el Señor le permitía hacer milagros en Su nombre.

Las personas no deberíamos imponer límites sobres aquellos que desean trabajar por Jesús; nuestro mismo Señor lo dice, veamos los versículos 39 y 40: “Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es”.

Si conoces una persona que no tenga ningún conocimiento en teología por ejemplo y hable sobre Cristo, no importa, porque recordemos que la Palabra proviene del Espíritu no de las personas, la preparación la da el Espíritu, la sabiduría, el discernimiento, el testimonio, todo proviene del Espíritu Santo que nos es dado a conocer al aceptar a Jesús en nuestros corazones, lo mejor que puedes hacer con esta persona es instarle a seguir adelante en esto, aconsejarle de forma respetuosa para que siempre medite en la palabra, que estudie la biblia, para que él también se edifique en su propio conocimiento, pero, siempre recuerda que el Espíritu Santo es quien da la Palabra, no debemos nunca impedirle a nadie que anuncie el evangelio aún cuando no sea parte de la denominación de la iglesia a la que asistes o que profese ser de otra religión o de ninguna, recuerda que Jesús no vino para crear religión ni levantar iglesias, Jesucristo vino para salvarnos, para demostrar su potestad y ofrecernos su amor.

Si nunca has escuchado sobre Cristo y tienes una inquietud en tu corazón de conocer más sobre Él o específicamente sobre este tema, puedes contactarnos por medio de nuestro servicio de mensajería por correo electrónico o bien, puedes asistir a la iglesia más cercana.