"Enlazando el amor"

Jesús sana a un leproso

01.12.2015 14:12

Si eres cristiano probablemente has leído la biblia a menudo o tal vez unas cuantas veces, quizás has escuchado o leído historias acerca de Jesús, su sacrificio y su amor; en este pequeño estudio hablaremos acerca de Marcos 1:40-45; en donde analizaremos el momento en el que Jesús sana a un leproso en Galilea, pero primeramente tocaremos el concepto y el origen de la lepra a la cual se hace mención en la biblia.

El término “lepra” proviene del griego y significa “escamoso”. La palabra griega utilizada por Hipócrates y los médicos de la Hélade llamaba lepra a las lesiones aparecidas en la piel con aspecto escamoso, lo que hoy conocemos con el nombre de psoriasis. También llamaron este tipo de lesiones “psoriasis léuki”, que significa lepra blanca.

El problema surge aparentemente a causa de las traducciones de la Biblia, por un lado, y de otro por las versiones al árabe de las obras griegas. Así el término hebreo “tsara´ath“, con el que se designaban las lesiones blanquecinas de la piel, es traducido por la palabra griega lepra.

Los griegos conocieron la verdadera lepra y la describieron con el nombre de elefantiasis, debido a la deformación facial producida por esta enfermedad, cuyos nódulos o lepromas, al ir creciendo y confluyendo, recordaban el aspecto de la piel del elefante.

Los hebreos usaban la palabra juzam para describir la elefantiasis griega o lepra moderna.

Recurriendo a los textos antiguos de las diversas culturas de Oriente, se ha podido observar y anotar descripciones de esta enfermedad ya en documentos tan antiguos como el Papiro Brugsch (2.400 a.C.).

Desde un punto de vista antropológico, el origen de la enfermedad, de las enfermedades en general, es atribuido por las diversas culturas a varias causas:

1. Ofensa a la divinidad.

2. Ofensa a los antepasados en cierto modo deificados.

3. Hechicería o malas artes de una persona con poderes para ello.

4. Transgresión de un tabú o prohibición cultural.

5. Penetración de un cuerpo extraño, visible o invisible.

6. Rapto del alma.

7. Causas sobrenaturales en general.

8. Causas naturales.

En el siglo XX a.C. los hebreos salen de Ur, en Caldea, para atravesar por espacio de casi tres siglos el Medio Oriente. Seguramente llevaron consigo la lepra y la idea de enfermedad-pecado, enfermedad impureza-castigo. Lo demuestran los libros más antiguos de los israelitas. Después de su cautiverio en Egipto se produce el éxodo, y aparece el Levítico, otro de sus libros de leyes, escrito por Moisés, en el que codifica y reúne cuantos conocimientos médicos habían adquirida en Egipto, preventivos, curativos y religiosos. La suciedad a que forzosamente se vieron abocados los hebreos, por falta de agua al atravesar zonas desérticas, debió ser causa de múltiples y frecuentes enfermedades de la piel, y ésta fue la razón de que Moisés dedicase tan extenso capítulo a las afecciones cutáneas que agrupó bajo el denominador común de zara´ath o tsara´ath. Menciona la lepra del hombre, la de los vestidos y la de las viviendas, y relaciona todas con el pecado (Lev 13 2-79-17,25). La lepra ha de ser diagnosticada por el sacerdote que declara impuro al que la padece (Lev 13 2847-5935-36).

 

Por todo lo que hemos analizado entendemos que la lepra de la que se menciona en la biblia no es la misma a la que se conoce hoy en día como en lepra y habiendo varios tipos de lepra, no podemos saber cuál lepra posee cada personaje bíblico a menos que se especifique en el pasaje. Veamos Marcos 1:40-45 RVR1960:

40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.

41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.

42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.

43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego,

44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.

45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.

Vamos a analizar versículo por versículo para comprender la situación y también analizar el corazón de nuestro Señor.

En el versículo 40 podemos ver varios puntos:

·         Primero nos dice que el leproso, un hombre que para la sociedad era igual o incluso más bajo que cualquier animal, se mueve, transita para buscar por él mismo a Jesús, imagina todo lo que tuvo que caminar, las posibles miradas de asco de las personas que seguían a Jesús, este hombre sobrepasó toda vergüenza y se esforzó para llamar la atención del Señor.

·         Se hincó, no sabemos el “tipo” de lepra que padecía este hombre, estado u origen de la enfermedad pero debió suponer un gran esfuerzo físico hincarse; además notemos que el hombre le rogó, sabes qué significa rogar, significa “pedir por gracia” y también “instar por súplicas”, es algo que sale desde lo más profundo de tu ser.

·         Este hombre con la forma en que realiza su interacción con Jesús podemos comprender que realmente reconoce el poder y la autoridad de Jesús y que entiende que la sanidad depende de su voluntad como Señor que es.

En los versículo 41 y 42, vemos lo hermoso que es nuestro Señor:

·         El pasaje nos menciona que Jesús tuvo misericordia, es decir que sintió compasión, Él sabía todo lo que tuvo que hacer ese hombre para pasar a su presencia y sabía todo lo que había sufrido.

·         Vemos que el Señor toca a este hombre, cuando la ley mandaba a alejarlos, el amor del Señor, la nueva libertad  viene a sobrepasar la ley y le toca, ese toque es significativo, no sabemos si alguna vez alguien tocó a este hombre enfermo desde que padecía la enfermedad, más Jesús lleno de misericordia y amor hacia él le toca, el toque da sensación de apoyo, de amor, de que esa persona no está sola, cuando nosotros atravesamos momentos difíciles y una amistad o familiar extiende su mano y nos toca el hombro o nos abraza realmente podemos sentir el amor y el apoyo de esta persona, por lo que el leproso probablemente sintió algo muy extraño pero muy agradable al ser tocado por alguien y debió sentir el amor de Dios con ese toque.

·         Para declarar su autoridad y le escucharan todos a su alrededor y para confirmarle al leproso sobre esa autoridad que él reconoce que Jesús posee exclama: “quiero, sé limpio”. Limpio de enfermedad y pecado, porque recuerda Jesús no solamente llevó nuestro pecado, si no también nuestras enfermedades y nuestras dolencias (Isaías 53:4)

·         El milagro es instantáneo, la sanidad es 100% efectuada, no es gradual, como muchos pensamos que son los milagros de sanidad, ¿el poder de Dios es gradual? ¡NO! Su poder y gracia son al 100% Él da todo de sí, Él da su 100% de amor, no lo reparte en distintos procesos graduales.

·         Claramente con este milagro sale a relucir la sobrenaturalidad, la divinidad de Jesucristo es demostrada con este milagro que rompió todo esquema social y religioso de la época, tocando y acercándose a un leproso.

En los versículos del 43 al 45 podemos hablar de manera más abierta y no puntual, podemos denotar lo siguiente:

Una vez limpio este hombre, de enfermedad y pecado, Jesús le deja una misión, un encargo, no le dice que le siga, no le dice que levante iglesias, no le dice que funde una religión y nuevas leyes, simplemente que se muestre a su sacerdote y a su gente, cumpla la ley y testifique lo acontecido.
Sin embargo, este hombre y como es obvio, cualquiera reaccionaría igual, fue y le contó todo a todos y a todas por lo que probablemente se provocó una gran conmoción en la ciudad y el Maestro ya no podía caminar con tranquilidad en la ciudad de Galilea, por lo que prefirió frecuentar lugares más desiertos.

La desobediencia a las instrucciones de Dios puede variar o incluso hasta modificar la obra como se puede ver claramente en este versículo 45, recordemos que para Dios es preferible la obediencia que los sacrificios (1 Samuel 15:22).

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